por Janet Batet
Es una experiencia grata asomarse a la obra de Humberto Castro. Sus obras, altamente sugerentes, son siempre un señuelo, una suerte de dream-capture donde quedamos atrapados, como Narciso obnubilado ante su propia imagen. Y es que la obra de Humberto Castro (La Habana, 1957) es ante todo una reflexión sobre la condición ontológica del hombre y una poesía visual magnifica.
Traces of Migrations (Huellas de migraciones) es el título de la muestra que nos ofrece el artista en la gallería ArtSpace / Virginia Miller Galleries, con sede en Coral Gables. La exposición se compone de pinturas, dibujos y una instalación construida a base de maletas que, a modo de obelisco, rinde tributo al acuciante tema de la migración en el mundo contemporáneo.
Las obras incluidas en la presente exposición, realizadas todas en el 2010, siguen fiel al estilo personalísimo del artista donde la cualidad pictórica sirve a la recreación del entorno propicio en el que moran sus personajes que son más que individuos, entelequias. Castro crea sus personajes a partir de una línea negra delicada y grácil. El esfumato interviene entonces sobre zonas precisas –generalmente a la altura de la caja torácica- insuflando de volumen y vida a sus gráciles figuras que deberán, como personaje trágico, enfrentar su destino.
El alquimista (óleo sobre tela) nos muestra un ser que juega a desentrañar los designios impredecibles del que migra. Ante él, se dispone una rítmica secuencia de cazuelas contenedoras de océanos y naves. La cazuela se erige símbolo vital. En las religiones afrocubanas como la Santería y el Palo Monte, la marmita es elemento clave. Receptáculo del ánima y de los designios del creyente y la deidad, la cazuela deviene una unidad esencial, potenciadora del pasado, el presente y el futuro. Eco terrenal de enigmáticos planetas que pueblan el empíreo, las cazuelas son el símbolo de cada historia personal, siempre única.
A lo largo de su carrera, Castro ha trabajado con el símbolo. Astas, conchas, embarcaciones, maletas, peces, plomadas, camas, árboles, hachas, son sólo algunos de los más recurrentes. Sin embargo, lo primero que salta a la vista cuando nos adentramos en Traces of Migrations es el hecho de que el artista ha logrado un nivel de depuración impresionante. Apenas es necesario el símbolo, erigiéndose el personaje suficiente.
El ser protagónico de la obra de Castro es una simbiosis que ha dejado de dialogar con el ícono para encarnarlo en sí mismo. Nos asomamos al vórtice de seres mutantes que en su obsesión por la búsqueda de nuevos horizontes han dejado un poco de sí para devenir esa otredad que encarna siempre el deseo y la quimera. Aparecen así seres-botes, seres-pájaros, seres-mariposas que personifican en sí mismos el drama de la migración.
Butterfly (Mariposa, óleo sobre lienzo) destaca por su belleza. En el centro de la pieza, el personaje -a medio camino entre humano y mariposa- irradia su tragedia en inusitada polifonía cromática. Pareciera que asistimos al momento crucial de la mutación que da nacimiento a este cyborg, repto y vuelo a un tiempo, naturaleza y artificio. Butterfly nos recuerda el deseo renacentista por librar al humano de sus limitaciones naturales desafiando el cielo. Sólo que en la obra de Castro es el destino quien nos desafía y compulsa al vuelo. La gama de colores naranjas de las alas nos recuerda la mariposa monarca, conocida por su insaciable travesía migratoria que marca el ciclo de vida de esta especie.
Humberto Castro, es uno de los artistas que protagonizaron la denominada generación de los ochenta que revolucionó las artes visuales en Cuba. El artista reconoce tres momentos esenciales en su carrera. El primero, situado en la Habana, en la exposición personal que dio a conocer su obra, caracterizada entonces por la estridencia pop. El segundo, durante su estancia en Paris, donde los signos del zodiaco se convirtieron en obsesión para el artista y ahora, esta muestra donde el alto nivel de síntesis apunta a una madurez esencial.
La llegada de Castro a Miami en 1999, significó en cierto modo un viaje de vuelta. Ese viaje en espiral que nos coloca en posición reflexiva para con nuestro propio devenir. Miami significó para el artista el re-encuentro con su pasado, con su cultura de origen, con su lengua. Desde entonces, Humberto Castro ha revisitado su obra depurando cada vez más su estilo, para llegar a esta serie que ahora nos ofrece donde delicadeza y sensibilidad van mano a mano. Sentido homenaje al eterno periplo que es la existencia humana, fábula y profecía, Traces of Migrations es una excelente muestra.
Janet Batet
jbatet@hotmail.com
Traces of Migrations
hasta el 31 de octubre en ArtSpace / Virginia Miller Galleries
169 Madeira Avenue Miami, FL 33134
305 444 4493 www.virginiamiller.com